Tanto la legislación internacional y de la Unión Europea como la legislación española, obligan a que todas las empresas respeten el principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el ámbito laboral. Para ello, con independencia de su tamaño, las empresas deben adoptar las medidas que conduzcan a evitar todas las formas de discriminación laboral, incluyendo la brecha salarial de género, arbitrando además procedimientos para la prevención del acoso sexual y del acoso por razón de sexo.
Adicionalmente, las empresas de más de 50 trabajadores deben elaborar y aplicar un Plan de Igualdad, un instrumento específicamente diseñado para eliminar los desequilibrios y desigualdades entre mujeres y hombres, integrando la igualdad en los sistemas de gestión de la empresa.